viernes, 29 de mayo de 2009

DEPORTE, SALUD, CALIDAD DE VIDA 2008

RESUMEN FINAL
Los especialistas en ciencias de la salud y medicina deportiva han propuesto
interesantes estrategias que podrían contribuir a superar muchas de estas barreras.
Para ello, la clave radica en comprender la necesidad de cambiar nuestro
estilo de vida si realmente tenemos interés en disponer de la salud necesaria
para gozar de una mayor calidad de vida, algo que requiere necesariamente
prestar atención a nuestros hábitos de ejercicio físico y de deporte. En este
sentido, los expertos entrevistados en este estudio comparten la idea de que la
única forma de garantizar un estilo de vida saludable en nuestra sociedad es
emplear de manera coordinada los recursos de las administraciones públicas
para integrar definitivamente el ejercicio físico y el deporte en nuestra vida
cotidiana.
Este uso de los recursos públicos debería implicar la movilización de aquellas
instituciones y organismos (públicos y privados) que pueden contribuir desde
sus distintos ámbitos de actuación a este objetivo. Los especialistas consultados
se refieren, entre otras instancias de movilización, a la familia, al sistema
educativo, al sistema sanitario, a las empresas, a los clubes y asociaciones
deportivas y a los medios de comunicación.
En relación con la familia, los especialistas indican que su importancia es
estratégica. Esta opinión parte de la convicción de que el desarrollo del hábito
deportivo, como otros hábitos saludables, debería transmitirse en los primeros
años de vida. Este desarrollo temprano de la cultura deportiva garantizaría
su perdurabilidad en el tiempo. La socialización de este hábito en el seno
de la familia desempeña un papel crucial. Esta opinión se corrobora con los
datos de la encuesta, donde se pudo constatar la relación significativa entre
practicar deporte y el hecho de que nuestros progenitores también lo hubieran
realizado. De ahí que los especialistas consideren conveniente promocionar la
práctica del deporte en familia.
Las instituciones con responsabilidad en la promoción del deporte deberían tomar
buena cuenta de ello para diseñar planes y programas que contemplen esta
circunstancia. Esto supone adoptar medidas dirigidas a la promoción del deporte
en familia y, por otra parte, adoptar otras medidas que permitan la conciliación
familiar con el propio cuidado personal. Así, por ejemplo, uno de los especialistas
apuntaba el acierto de algunas instalaciones deportivas en donde se ofertaba
el servicio de guardería para aquellos padres y madres que deseaban practicar
deporte, pero que se veían impedidos por la necesidad de cuidar de sus hijos.
En lo que respecta al sistema educativo, los expertos lo consideran como la
institución sine qua non, junto con la familia, en la transmisión de los hábitos
deportivos. Ello se debe a que la totalidad de los ciudadanos pasan por ella y,
además, lo hacen en etapas fundamentales para la socialización de valores y
hábitos. Dado que la educación física es una enseñanza obligatoria, los especialistas
ven el sistema educativo como un espacio privilegiado para reforzar
este hábito. Este hecho contrasta, sin embargo, con la escasa importancia comparativa
que tiene frente a otras asignaturas escolares. En efecto, los alumnos,
y los propios padres, no valoran la educación física del mismo modo que otras
asignaturas, probablemente por no estar concienciados de los beneficios del
deporte. Quizá por ello, el número de horas de educación física impartido semanalmente
resulta escaso (apenas tres horas a la semana, de las cuales una
está dedicada a la teoría) e, incluso, ha desaparecido en el bachillerato y en la
universidad; una circunstancia que, además de impedir que los niños y adolescentes
alcancen el gasto de kilocalorías mínimo que sugiere la OMS para tener
una buena salud (entre 1.800 y 2.000 kilocalorías semanales), con el tiempo
dará lugar a que estos jóvenes padezcan antes enfermedades degenerativas.
Como solución, los especialistas proponen una serie de medidas. En primer
lugar, lograr que el deporte se convierta en una materia transversal en el sistema
educativo con el fin de reforzar su importancia para nuestras vidas. Este
objetivo podría alcanzarse aumentando el número de horas semanales de educación
física (una hora diaria es la medida sugerida por estos especialistas, que
no necesariamente tendrían que ser lectivas, sino que podrían realizarse como
actividades extraescolares), ampliando la franja horaria de apertura de las instalaciones
deportivas en los centros educativos (algo que podría servir tanto
para disfrutar del tiempo de ocio entre los estudiantes fuera de los horarios de
clase –tardes, fines de semana– como para solventar la necesidad de muchas
madres y padres de dejar a los hijos en los centros educativos antes de marcharse
al trabajo) o haciendo que cuente como crédito de libre configuración
en la universidad. En segundo lugar, los especialistas proponen mejorar la
oferta del deporte escolar y aumentar el profesorado y las instalaciones deportivas
cuantitativa y cualitativamente. En este sentido, los expertos proponen
establecer convenios entre los centros educativos y los gimnasios privados
con el fin de externalizar ciertos servicios de educación física para garantizar
la práctica deportiva entre los estudiantes.
Otra institución importante a la que se debería movilizar para la promoción
del deporte es el sistema sanitario. Hasta ahora, éste carecía de especialistas
en medicina deportiva, salvo en muy contados casos. Por lo tanto, la atención
sanitaria, en relación con el ejercicio físico y el deporte, iba dirigida fundamentalmente
a la terapia, y no a la prevención. Pese a ello, en los últimos años los
médicos han ido tomando progresivamente mayor conciencia de la necesidad
de recomendar la práctica de ejercicio físico y deporte entre los pacientes, sobre
todo por el aumento preocupante de la obesidad entre niños y jóvenes. En
línea con ello, la función del sistema sanitario en la promoción del deporte se
justifica por el hecho de que resulta menos costoso invertir en su promoción
(como actividad preventiva de determinadas enfermedades asociadas al sedentarismo)
que en la alta tecnología sanitaria terapéutica. En coherencia con esa
idea, desde el sistema sanitario ya hace tiempo que se vienen realizando campañas
para promocionar la práctica de ejercicio físico dirigido a mejorar nuestras
condiciones de salud. Dado que su alcance es limitado, y teniendo en cuenta la
necesidad de reconducir las políticas sanitarias que atañen a este asunto por el
camino de la prevención, los especialistas coinciden en la necesidad de adoptar
medidas de mayor calibre, tales como introducir la figura del médico deportivo
en los centros de salud, ofrecer un servicio especializado entre los pacientes
que lo requieran o establecer líneas de colaboración entre los médicos de atención
primaria y los profesionales de las ciencias del
Otro ámbito en el que se ha de intervenir para promocionar el deporte es el
empresarial. Los ciudadanos –especialmente, la población adulta– pasan buena
parte de su tiempo en el trabajo, el cual hoy apenas exige esfuerzo físico.
Este cambio en las tareas productivas de los trabajadores ha creado en los
últimos años una nueva preocupación en las empresas: el aumento de bajas laborales
como consecuencia de los problemas de salud derivados de los nuevos
modelos de organización en el sector del conocimiento y de servicios (molestias
físicas, tales como lumbalgia o inflamación de las cervicales, y afecciones
psíquicas, entre las que han adquirido una notable importancia el estrés y la
ansiedad). Muchos de estos problemas podrían solventarse con una mayor
realización de deporte; sin embargo, algunas empresas siguen sin acabar de
tomar partida en este
En lo que concierne al ámbito estrictamente deportivo (federaciones, clubes
y asociaciones deportivas) los expertos coinciden en apuntar que, en la actualidad,
éstas no son las organizaciones más adecuadas para promocionar
el deporte de base. La mayoría de estas federaciones, asociaciones y clubes
deportivos planifican sus actividades pensando más en el deporte de competición
y profesional que en el «deporte para todos». Por lo tanto, la lógica, los
objetivos y el planteamiento difirieren cuando el deporte que se promociona
es el de competición de cuando se trata del de base. También ocurre que,
entre las asociaciones y clubes menos preocupados por el deporte de competición,
los recursos de los que disponen no permiten que sus actividades
lleguen a un número masivo de ciudadanos. Por esas razones, los especialistas
apuntan que lo ideal sería que las escuelas deportivas municipales tuviesen más
peso que los clubes y que las federaciones deportivas, que contaran con mayores
recursos y que centraran sus políticas deportivas en la promoción del
deporte para todos.
Por último, los medios de comunicación, preocupados mayormente por las
noticias deportivas de competición, deberían asumir parte de su responsabilidad
aportando una imagen diferente del deporte. Es fundamental que los
medios de comunicación, que tienen un peso decisivo en la transmisión de
valores e imágenes relativas al deporte, traten de sensibilizar a la sociedad
sobre los problemas asociados a la falta de ejercicio físico y de deporte, y su
incidencia sobre nuestra salud y bienestar personal.

miércoles, 27 de mayo de 2009

Especial importancia tiene la actividad física en la socialización del niño y el jóven. Para ello el docente requiere tener presente: a) aceptar y respetar el reglamento deportivo; b) respetar decisiones de árbitros; c) respetuoso con los compañeros; d) los niños juegan por divertirse; e) recordar el respeto por el contrario; f) alabar los buenos comportamientos; g) dar un buen ejemplo. A los padres debe mostrarle la finalidad de los diferentes programas.
Por otro lado es conveniente:
No establecer diferencias en el terreno del juego, entre los más capaces y los que lo son menos.
Ayudar a resolver el dilema entre competición y cooperación. El respeto a los demás y a las reglas de juego, junto a la satisfacción personal.
Reconocer los progresos, no solo los resultados.
Realizar actividades cooperativas más que competitivas, sin eliminar la posibilidad de alcanzar objetivos.
No permitir trampas, si observa que se estan realizándo.
Participar en la resolución de conflictos, cuando los implicados no sean capaces de resolverlos por sí mismo.
Desarrollar espiritu de equipo y crear amistades, desarrollar habilidades y realizar muchas prácticas.

lunes, 25 de mayo de 2009

ACTIVIDAD FÍSICA Y RESPONSABILIDAD SOCIAL

Los actos de violencia en el deporte de hace 15 días atrás con la muerte de dos jóvenes, conmueven a la opinión pública, las Autoridades y a mí personalmente.
Desde hace dos años vengo bregándo para tomar acciones de prevención en éste tipo de situaciones, más allá de las represivas que se llevan adelante en el común de las situaciones.
Ello me llevó a reeler el libro publicado por Amparo Escartí y comprobar algunas afirmaciones que ella realiza allí:
"El deporte en sí mismo no es educativo, son los programas, el modo en que los profesores y entrenadores organizan las actividades lo que posibillita o no que esta actividad sea una experiencia positiva para los niños o una fuente de conflictos y frustaciones".
Investigadora de sólida formación propone en el libro la puesta en marcha de programas de responsabilidad personal y social a adolescentes de riesgo y a niños en primaria. Al mismo tiempo prevenir comportamientos disruptivos aplicándolos en edades tempranas.
Sin embargo en nuestro país lejos de comprender éste tipo de estudios se continúa planteándose políticas represivas para los jóvenes, la segregación de los mismos y nó la incorporación de los mismos. La brecha social de separación se ahonda más y no encontramos elementos que tiendadan a disminuir la misma.
Comprender la introducción teórica de los beneficios psicológicos y sociales que reportan la práctica de actividad física, justifica la necesaria elaboración de programas de intervención en la comunidad.