lunes, 8 de marzo de 2010

“Joaquín Leite Nemes” “MAESTRO” de ACTIVIDAD FÍSICA.

Ejemplo de como pueden hacerse cosas; desde las más pequeñas a las más importantes. No hizo un centro de alto rendimiento, pero inculcó el sentimiento de solidaridad, amistad, fraternidad y amor al trabajo, a través de la ACTIVIDAD FÍSICA, en el barrio del Cerro.

PARA LEER CON ATENCIÓN Y DETENCIÓN.

Enseñanza Secundaria no tenía como ahora Prof. de Educación Física en su Padrón Docente, por lo tanto era la CNEF la que proveía docentes para la asignatura, que no siempre se tomaba muy en serio por parte de las Direcciones de los Liceos.
En la CNEF ingresaban a la docencia los graduados en el ISEF (hoy con rango universitario ). Fui representante de la CNEF en la Comisión coordinadora con Secundaria.
Mi trabajo en Secundaria comenzó el 12 de marzo de 1959, con la inauguración del Dpto. Físico del Liceo Nº2 Héctor Miranda. Al año siguiente pedí para ir al Liceo del Cerro, que era la antítesis del Miranda. Uno todo, el otro nada.
En febrero de 1960 me presenté al Director del Liceo Nº11, el Prof. Don Leandro Bastos Peltzer, con una cantidad enorme de ilusiones, iniciativas y también condiciones.
Durante las dos horas que duró la reunión, no podía creer lo que estaba viviendo. Aquel veterano, pelo muy blanco, hablar pausado y amable, superó en propuestas y entusiasmo lo que yo llevaba, y él me triplicaba en edad.
Creamos un Dpto de E.F con cuatro Profesores; nos incorporamos al plantel de Secundaria, meramente nominal. La asignatura se integró al currículo con sanción; teníamos las mismas libretas que las demás asignaturas y teníamos la obligación de concurrir a las Reuniones ambos docentes del grupo ( Hombres y Mujeres ). Las clases se dictaban en el mismo predio del Liceo y había duchas para utilizar L, M y V niñas y M, J y S varones.

EL BARRIO.
El Liceo fue creado en 1953, con el impulso de la Comisión de Fomento Edilicio y Social del Cerro, un grupo de vecinos que tras arduas gestiones lograron satisfacer la imperiosa necesidad de una población geográficamente aislada pero con una pujanza impresionante ya que la mayoría de sus habitantes trabajaba en los prósperos frigoríficos Nacional, Swift, Artigas, Alianza y Castro, que venían de una época de post guerra que los había proyectado al primer plano de la industria nacional.
Con una población cosmopolita, integrada fundamentalmente por inmigrantes europeos, con predominancia de griegos, lituanos, polacos, yugoeslavos, y también armenios, turcos y rusos, todos ellos provenientes de países donde la 1ª Guerra mundial y algunos de la 2ª, los había marcado a fuego y los había hecho valorar lo más mínimo que tuvieran. Se creó así un conglomerado único en el país por la heterogeneidad de idiomas, costumbres, religión y política. Fueron ellos los que crearon el mito “Villa del Cerro“.

El trabajo en los frigoríficos ocupaba a más de 30.000 personas en forma directa e indirecta, de una población de 70.000. La rápida recuperación europea después del 45, comenzó a crear algunos problemas años más tarde en las fábricas nacionales, frigoríficos, curtiembres, textiles, etc.

Esto activó los sindicatos, como la muy poderosa FOICA (Federación Obrera de la Industria de la Carne y Afines) que veía peligrar sus fuentes de trabajo. Hecho que se concretó con el cierre del Swift en 1959, la creación del EFCSA donde era el Frigorífico Artigas, ahora con participación de 2 obreros delegados en el Directorio, que lo condujo en pocos años al fracaso del proyecto. También cierran el Castro y La Alianza, todos ellos enclavados en el área de la Villa del Cerro.
Esto, además de crear pobreza, cortó el vínculo entre los obreros, que tuvieron que buscar fuera de la zona los medios para el sustento familiar. En muchos casos, provocó el éxodo, permitiendo que otras familias, con otras caracterís- ticas, ocuparan ese lugar, sin el sentimiento de comunidad que se había forjado naturalmente hasta ese momento.

EL LICEO:

El Liceo Nº 11 se instaló en un viejo local de principios de siglo XX que había sido Hotel donde se hospedaban los troperos que arriaban las reses hacia los frigoríficos, y también de otros traficantes que usaban los atracaderos del Cerro para sus negocios. Construcción clásica, un patio central grande con claraboya y piezas que se acondicionaron para aulas.

Con pequeñas reformas se inauguró el liceo en 1953. Si bien el predio era de una manzana, la parte no construida tenía desniveles que impedían su utiliza ción como patio de recreo. Rápidamente fue necesario construir 4 aulas más.
La ubicación del predio no era la mejor pues estaba sobre la costa o sea en un extremo de la Villa, lo que obligaba a los alumnos a un mayor desplazamiento, fundamentalmente los que empezaron a venir de fuera de la zona (La Boyada, La Paloma y La Teja).

El Liceo vino a enriquecer la actividad cultural de la zona, que contaba con un teatro (hoy Florencio Sánchez), 2 cines, una biblioteca, 6 escuelas primarias, dos plazas de deportes y más tarde una UTU. El Liceo Nº 11 rápidamente adquirió su mayoría de edad en la comunidad. Solamente el ir y venir de 800 jóvenes todos los días, cambió las características de la relación social, en la locomoción, con el comercio y con los vecinos.

Se formó una APALC que tesoneramente trabajó en las mejoras y necesidades del Liceo (pintura, ampliaciones, reformas, baños, etc), saliendo al barrio a buscar apoyo, el que siempre llegaba de una u otra forma. Se logró apoyo del Club Rampla Juniors , de la Casa de la Amistad y del Teatro Apolo para dictar las clases de gimnasia los días de lluvia o para organizar festivales y torneos deportivos.
Se organizaban competencias atléticas en las calles y juegos deportivos en los estadios de Rampla y Cerro, con gran asistencia de padres y público en general. En suma, el barrio acunó a su hijo y éste le respondió con cariño y realizaciones. El mejor ejemplo de colaboración fue la construcción de un gimnasio en 1963, en el predio del Liceo, que llevó 3 años hacerlo, y narrar hechos relacionados con esto, llevaría mucho más espacio que toda esta respuesta. Alcanza con decir que los padres colaboraron con un bono anual de $10, que se cobraba en tickets de $1 mensuales puerta a puerta. Los alum- nos de 3º cargaban piedras en la playa en carros tirados por caballos, de algún vecino, para hacer los cimientos del gimnasio. El Varadero del Cerro, el Dique de la Armada Nacional, el Frigorífico Nacional y EFCSA eran fuertes y permanentes colaboradores en el accionar del Liceo.

Todos los conceptos aquí vertidos, pasan por mi subjetividad inevitable, ya que en lo profesional, 36 años como funcionario, fueron los más plenos de realizaciones, de crecimiento y de ofrecimiento hacia los alumnos.
“VIVÍ” en el Liceo del Cerro desde febrero de 1960 hasta noviembre de 1969.
Conocía a la totalidad de los alumnos, directa o indirectamente a través de mis colegas con los que mantenía reuniones semanales.
La asignatura se presta para otro tipo de relación con el alumno, diferente al docente en el aula. Teníamos la gran ventaja de tener 20 o 24 horas semanales concentradas en el Liceo, lo que nos hacía ver a todos los alumnos todos los días.

Creación de las Actividades Físicas Deportivas obligatorias para el primer nivel.

El aumento del horario de permanencia en el Liceo, con materias y actividades variadas creó un mayor arraigo a la casa de estudios. Por otra parte, todos los fines de semana organizábamos una actividad competitiva.
Un capítulo aparte merece la consideración de las A.F.D que se realizaban al final del horario.

En el Liceo 11 se llegaron a crear 43 actividades diferentes, todas ellas con gran participación de alumnado, desde deportes, primeros auxilios, fotografía, cerámica, carpintería, estudio de la naturaleza, ajedrez, hasta literatura, francés, inglés, declamación, narrativa, teatro, coro, etc, etc.

Se formaron Clubes de Deportes organizados en la Liga Deportiva liceal. Cada grupo liceal formaba su Club, con un nombre, emblema, himno, hurras, autori- dades (Presidente, Secretario y Tesorero) y un delegado a la Liga, todos elegidos por los integrantes del Club. Todos los Clubes debían presentar a la Liga, mensualmente, un álbum deportivo que era evaluado por los docentes que integraban la Liga.

El álbum se formaba con todo aquello que tuviera que ver con el deporte.
Pero éstos Clubes además participaban como tales en las jornadas de Teatro, concursos de Murgas, Canto popular, bombardeo de conocimientos (coordinado con todas las asignaturas y evaluados por el docente de la materia) y debates sobre los más variados temas (un defensor y un fiscal, los profesores eran jueces).

En el área estrictamente deportiva, se competía en: Voleibol, Básquetbol, Handbal, Atletismo y juegos predeportivos como endbol, pingball, perúfutbol, futbasebasquet, manchado, voleibol gigante y softbol.

Todo esto se realizaba los domingos y feriados con la participación de 400 alumnos (niñas y varones) y más de 10 docentes de Educación Física, adscriptos y docentes de algunas asignaturas; en el predio del Liceo, la calle, el monte de eucaliptos y la playa.

En vacaciones de julio, organizábamos campamentos mixtos de 8 días a las instalaciones de la CNEF en Parque del Plata. Ahí llevábamos 100 alumnos y 12 docentes. La alimentación era proporcionada por el INDA, Subsistencias, Frigoríficos y Comercios de la zona, todo por gestiones realizadas por los alumnos en el barrio. Los padres colaboraban en la recolección de alimentos, locomoción y nos reuníamos previamente con ellos varias veces.

La locomoción hasta el Campamento la aportaban gratuitamente los padres que tenían camiones o el Ejército. La Dirección del Liceo era el aval para toda la gestión a la vez que participaba en todo directamente. Se organizaban festivales deportivos en los Estadios y con danzas folclóricas enseñadas en las clases de Educación Física. Las clases de Educación Física eran simultáneas para niñas y varones, cada uno con su profesor, y parte de la clase se desarro- llaba en forma mixta (ritmos y danzas y juegos recreativos). La ducha era obligatoria. En febrero de 1963 se construyó entre funcionarios del Liceo y algunos padres el vestuario femenino.

Esto último, porque se confeccionó para cada punto a evaluar, una serie de juicios de los cuales el profesor debía escoger el que mereciera el alumno.
A pesar de la muy difícil situación político social que se vivió en la década del 60, de la cual no escapó la actividad estudiantil, más, fue co-protagonista, en el Liceo Nº 11 gracias a la magistral batuta de su Director, el Prof. Don Walter Andrada, se mantuvo la unidad, el espíritu de cuerpo y el esfuerzo por llevar las cosas adelante, aún participando muy activamente y a veces violentamente en los hechos de 1967,1968 y 1969.

En el Liceo Nº 11 se logró el máximo exponente entre los liceos piloto, por la entrega de sus docentes, por las características del barrio y por la inteligencia de su Director. Personalmente, tuve el honor de ser el representante de todo el cuerpo docente en la APALC durante varios años así como en las asambleas del Art. 40.

Probablemente lo expresado les sirva de muy poco, pero confieso que es tal la avalancha de recuerdos que me es difícil ordenarlos, expresarlos y tal vez viví solo el comienzo, hasta el año 69 inclusive, en el que todos pusimos el alma en un plan de estudios que ofrecía inéditas posibilidades de desarrollo personal del alumno, apenas el docente se lo propusiera.
En lo personal, me apropié de una expresión de Juvenal. “Educa como si todo dependiera de ti”, o sea, no busque excusas para dejar de hacer lo que tienes que hacer: EDUCAR.

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